25.4.10

COMILLAS

Hay una pestaña en mi plato, él está hablando de algo que no entiendo

porque no deja de mover la pierna

Tiene el pelo “ ralito” como diría mi abuela


En cuanto veo la pestaña en el plato lo pienso

será “una de esas cosas” de las que uno se acuerda por un tiempo

Pastel de queso con pestaña

una llamarada

un ventarrón

un “no sé qué” pero sé que me va a “llevar el diablo entre las patas”


tiene las “orejas chiquitas”

no sé qué diría mi abuela de eso

pero me gusta cuando dice “hijuelagran “ para todo


De regreso al pastel de queso con pestaña

al “no sé qué” pero sé que “la llama” y “la flama”

existen sólo en los poemas

A mi, el pastel de queso ni me gusta tanto

“él tampoco”

Hablamos de gusanos y de cerdos, de “grillos en el baño”


La verdad es que solamente me dieron ganas de escribir

si no es para eso

no se por qué tanto alboroto por “su espalda”

o su “ olor a libro viejo”


A mi, el pastel de queso me empalaga

apenas una bocanada

Las migajas de la mesa…

no quiero ni empezar a hablar de eso

de cómo mientras habla y mueve la pierna

aplasta las migajas con su dedo

y son “diminutos dioses” arrasados

que como “diminutos” son “benévolos”

y como “dioses” no perdonan


Ahí en la cocina de mi casa “somos las migajas” de la mesa

y mientras él habla y yo “me como el pastel de queso”

la pestaña que esta en mi plato

es “el dedo “ que me aplasta

y yo “diminuta” y “arrasada”

con ganas de “morderle un ojo” mientras duerme


Soy tan simple que una “taza de café en la mesa”

se convierte en “una de esas cosas”

de las que luego escribo

cuando pienso que “la luna esta borracha”

lo que queda es la “aspirina” , el “vaso de agua”

“la flama” y “la llama”


Y así

Cómo si no tuviera miedo de que “el diabo me lleve entre las patas”

me como la pestaña

y el “no sé qué” pero sé que…


Yo no juego al “ intento desesperado por no rendirse cuando ya no hay más que hacer”

soy sólo una “migaja en la mesa de mi cocina”

su “pestaña” esta a punto de aplastarme

y yo solo quiero escribir con comillas

si no es para eso

para qué tanto alboroto por “un pastel de queso”



19.4.10

EL VESTIDO DE NOVIA EN LA CAJUELA


...así andaba ella, con el vestido de novia en la cajuela para todos lados... anduvo así por años. Cambió de novios, de coches, de casas, de moda, de amigas, de música, de color de pelo, de dentista. Pero cada vez que abría la cajuela... ahí estaba el vestido... Hasta que conoció a Juan de Barcelona. No se casaron y aunque lo hubieran hecho el vestido ya no le quedaba. Se fueron a vivir a un pueblito en España, ahí ella iba a la jamoneria de al lado de su casa, tomaba un café en el único bar del pueblo todos los día. ahí le decían "la mujer de Juan" lo cuál le daba casi el mismo placer que acordarse del vestido de novia en la cajuela... pero luego estaba la mamá de Juan de Barcelona... mujer difícil que gustaba de "aconsejar" y corregir a la mujer de su hijo, una mujer que jamás habría pensado en ir a México, tampoco que su hijo pudiera vivir lejos de sus padres aún casados. Ni siquiera Juan de Barcelona habría pensado en vivir lejos de su casa, siempre prefirió viajar en tren, quedarse unos días en la ciudad y regresar a su pueblo, donde lo esperaba su mujer en una casa que cada vez se fue pareciendo más a la de su madre... Después de un tiempo ella empezó a extrañar el vestido de novia en la cajuela y que le dijeran "la mujer de Juan" ya no era suficiente... aún así, Juan no se quiso casar... ella se fue a buscar un vestido de novia... Ella sería el personaje de una película, pero terminó siendo esto...

17.4.10

HOYO DE GUSANO

Señora se le esta cayendo el café del vaso mientras camina a la puerta de la escuela. Su bolsa de piel tan bonita ya se ensució pero usted ni cuenta se da porque esos zapatos no la dejan caminar bien y al tambalearse aunque sea discretamente, el café que chorrea de su vaso la delata. pero usted ni cuenta se da porque esta viendo quien la mira. Yo voy atrás también caminando a la puerta de la escuela, y pienso que la verdad sería una lástima que esos pantalones, o esa blusa, o esa bolsa tan bonita se ensuciaran de café. pienso si apurarme para avisarle , pero sus pasos aunque tambaleantes son largos. No logro alcanzarla. Para cuando llega a la puerta ya se le termino de chorrear el café por toda la ropa y al caerle unas gotas en la mano se da cuenta de todo, el pantalón, la blusa, la bolsa… Entonces para de repente y yo que voy casi inmediatamente detrás de ella apenas logro hacerme a un lado para seguir de largo. Qué lástima, los pantalones tan bonitos, los zapatos, y por supuesto la bolsa, todo chorreado del café, ni tan barato ni tan bueno que esta estratégicamente casi en la esquina de la escuela. Era la mamá de Santiago, o la esposa de Romeo, o la que hace la ronda con Cecile, Antoine y Matías tres veces a la semana, era la mamá de la niña de los vestidos bonitos, era… no sé quién era. Pero mientras la veía caminar, perfectamente bien coordinada en los colores y las telas, tambaleándose por los zapatos y por llevar un vaso desechable de café en la mano, pensaba en las otras “mamas de Santiago” que veo siempre en la puerta de la escuela. ¿Habrán notado aquél día que llegué a la salida sin dormir después de una fiesta? O que no me gusta hacer la fila de la puerta? o esa vez que organizaron la “cena de papás” , habrán notado que me daba pavor que se dieran cuenta que no soy un adulto? Seguro tienen cosas más importantes en que pensar. Es un hoyo de gusano este asunto de la salida de la escuela. Es un hoyo de gusano dónde a las señoras se les cae el café encima, todo combina con todo, nadie sabe nada, todos llegan a la misma hora y es así todos los días.

12.4.10

VEINTICUATRO BASUREROS

La noche que tres camiones de basura se estacionaron frente a mi casa para cambiar de turno. Y cuatro basureros se bajaron de cada camión, empezaron a quitarse los overoles, las botas, su ropa la traían abajo. Niños y niñas.

Luego llegaron otros cuatro

luego los otros ocho

veinticuatro basureros vestidos de naranja brillaban frente a mi casa esa noche. Algunos se sentaron en la banqueta a comer algo antes de irse, tomar agua, otros platicaban, acomodaban sus mochilas, se ponían el overol encima de su ropa. En veinte minutos doce basureros caminaban a eje 5 para irse a sus casas. Los otros doce empezaban su turno.

Esa fue la noche en que tres camiones de basura se estacionaron frente a mi casa

para cambiar de turno y yo estaba parada en la ventana de la cocina esperando no sé qué cosa, no sé qué aire y lo que llegó fueron veinticuatro basureros vestidos de overol naranja. Qué espectáculo.

6.4.10

CHOCOLATE JESUS

Ciento cuarenta pesos mas el bolillo les costó el desayuno como todos los domingos, nada especial en lo de todos los días. Nada excepto que a eso de las doce del mediodía cuando la alberca estaba como alberca de club recreativo en domingo santo, se escucho la voz en las bocinas que pedía de la manera más atenta a todos que salieran de la alberca porque alguien literalmente se había cagado. Quién fue? Eran los gritos. Mentadas de madre, reclamos, miradas culposas a cualquier personita que pareciera de menos de seis años. Todos se salieron y la caca estaba ahí flotando mientras los trabajadores del lugar preparaban todo para aplicar las medidas de higiene necesarias. No pasaron ni cinco minutos después de que la alberca había quedado vacía cuando un aire primaveral empezó a levantar no solo toallas, sombreros, chanclas, revistas, playeras, flotadores y hasta alguna que otra falda de las señoras que esperaban a sus hijos afuera de la alberca. Levantó también este aire primaveral dos camastros hasta los ventanales del cuarto piso rompiendo dos vidrios enormes que cayeron completitos junto con los camastros en la alberca recién vacía. Yo no sé si todos se quedaron pasmados frente a la alberca o salieron corriendo, o gritaron o qué. No tuve la suerte de estar ahí, esto me lo contó mi papá. Pero seguro el desayuno de ciento cuarenta pesos mas los bolillos que se hayan comido se les regresaron por toditita la garganta…y seguramente todos agradecieron a ese pedacito de mierda milagrosa que los hizo salir de la alberca unos minutos antes del ventarrón. El saldo fue de cero heridos. Ese fue el domingo santo en que se cago uno y se cagaron todos en la alberca del club Libanés.

4.4.10

MODERN ROMANCE

1

Él manejaba, ella iba sentada atrás y el perro iba adelante con la cabeza fuera de la ventana

2

los dos iban sentados atrás. Ella con un tocado “precioso” asomaba la mitad de la cabeza por la ventana. Él con un smoking perfectamente bien planchado miraba el reloj de su celular una y otra vez. Pudo haber sido la noche perfecta. Pero se les ocurrió ir sobre eje 5 en plena salida de la final del cruz azul…

3

-Es lo mejor que podemos hacer. De verdad. Tu lo sabes. Ni siquiera sabemos si esto funciona o funcionará ¿no? Además la vida que llevamos es complicada. Simplemente no le veo forma-

ella movía la cabeza y con la mano fuera de la ventana hacía pedacitos la hoja con la dirección del hospital


1.4.10

ALKA-SELTZER

Estaba el sobre del alka seltzer ahí desde ese día que viniste a las dos de la mañana parecías una cuba. Yo pensaba si decirte que te quedaras y tu ya te habías quitado los pantalones. Justo antes de decirte que podías usar mi cepillo ya te estabas lavando los dientes. Si te quiero yo también la he pasado terrible. me levanté por un vaso de agua y un alka seltzer el último sobre que quedaba, los puse en la mesa

junto a la cama. Te bese y empecé a quitarme la ropa. Al final todo estaba manchado, tu, yo, la sábana, el edredón, las almohadas. Tu me decías voltéate yo tenía ganas de ver tu cara. En la mañana te despertaste con un ataque de asma que apenas nos dejo despedirnos con un te llamo al rato. Saliste corriendo a tu casa por la medicina. El sobre de alka seltzer se quedó ahí con el vaso de agua intacto por unos días como si estuvieran esperando que llamaras. Después al vaso lo lavé y el sobre se quedo ahí. Esperando. Hasta hoy

que al llegar a mi cama a las seis de la mañana pareciendo una cuba como tu ese día. lo primero que veo es el sobre de alka seltzer que me salvará la mañana por venir. Ahora pienso de ese día que qué bueno que tu casa esta cerca de la mía y que no te tomaste ese alka seltzer.