8.6.10

AL RUIDO DEL TELEFONO LE PUSE TU NOMBRE

No quiero tus cajas sobre mis cosas

no quiero tus calcetines

ni tu frente

No quiero los vasos que usaste

ni las sillas donde te sentaste

no quiero tu espalda

ni tus orejas largas

no quiero que me despiertes si tengo pesadillas

ni quiero olerte en la madrugada

no quiero hacerte más café

No quiero este lado de la cama

ni quiero esta playera tuya que traigo puesta

Al ruido del teléfono le puse tu nombre

no importa

basta ya!

Fuera

fuera todo

completo tu

sal de mis uñas

sal ya de detrás de mis rodillas

sal de mi pelo

de mis noches

de los libros

del café

de mi jabón

sal de los cubiertos con los que como

sal de mis sábanas

sal del cactus del baño

de detrás de la televisión

sal de mi voz

sal de debajo de la mesa del comedor

sal y no vuelvas

O tal vez solo a veces

en uno de esos días

como hoy

que siento que te escurres

de la cabeza a los pies

y me duele todo

los ruidos de la calle

el sonido del elevador

Pero sé que es porque te me estas saliendo

Asi que termina ya!!

Fuera!

sal y no vuelvas

porque nunca dije que te querría siempre

ni que no olvidaría las pecas de tu espalda

pero no hay forma de no mojarse con la lluvia

menos cuando a la tarde se le han caído los ojos

y a mi las ganas de quererte

2 comentarios:

  1. AAAyyy... cuan cierta y urgente esta necesidad de que ese alguien -poeta, ingeniero, abogado, decorador, cineasta- se salga ya de donde se esconde... un beso, n.

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  2. mélanie20.8.10

    acabo de descubrir tu blog, me toca mucho, gracias por la poesia en mi manana parisina...

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